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La excursión de Pablo en ATENAS: el foco de la ciencia, el mundo de la intuición.


SOLUM EVANGELIUM: el antídoto y giro 360o para cada generación.

Los sabios resplandecerán como el brillo de la bóveda celeste; los que instruyen a las multitudes en el camino de la justicia brillarán como las estrellas por toda la eternidad. ‒Daniel 12.3 NVI

 

»Si todo el mundo fuera cristiano, no importaría si todo el mundo no fuera culto o educado, pero la verdad es que una vida cultural existirá afuera de la iglesia, aunque no exista adentro. El ser ignorante y simple hoy, el no poder enfrentar a los enemigos en su propio territorio, sería el tirar nuestras armas y traicionar a nuestros hermanos que por una razón u otra no pueden ser educados. Ellos no tienen otra defensa más que nosotros contra los ataques intelectuales y culturales de los paganos. La buena filosofía debe existir porque la mala filosofía necesita ser contestada« –C. S. Lewis.

 

FILIPOS: el pueblo abastecido de oro, que también se suministró de Dios a toda costa.

Tempranamente el sol avisaba su llegada, los mineros cabalgaban sin demora, la labor era tan pesada por el atardecer que en el amanecer era fresco trabajar para socavar la tarea, acaecían misterios en el globo en tanto todos los filipenses laboraban y algunos otros jóvenes se enredaban con las gotas del gran Egeo.

Desaparecían las últimas manchas de nubes negras bajo el cosmos, deslizaban fracciones de calor mientras el piso goteado con las lágrimas de un turco en suplicio a favor de la agraciada ciudad, la cuenta regresiva llegó a su curso y abandonó el espacio, «su espacio de encuentro». Fue nuevamente a las villas públicas realzando la voz como ningún otro, con una cualidad convencedora, con persuasión, ostentando verdades eternas junto a un acompañante que afirma lo mismo, pasaban días y días conferenciando las iguales verdades eternas de diversas formas.

Minutos más tarde por las colonias romanas no todo se veía despejado, era una multitud echando manos y otros arrojando sus vestimentas al suelo. Eran muchos latigazos, sus espaldas humedecían de sangre, sujetados, puesto que los notaban peligrosos, los comentarios jamás faltaban y unos cuántos señalaban: “¿¡Éstos que trastornan el mundo entero también han venido acá!?” mientras muchos los ven de lejos e imploran al Señor a favor. Una sobresaliente dama llamada Lidia junta con sus familiares los seguían mientras el centurión manda a sus soldados a estar alertas y guardarlos en prisión, a custodiarlos con la mayor seguridad. Pasan la noche en vela mientas su compañero cabecea, no puede decir una palabra porque todos duermen, ¡arde su alma por proclamar el Reino aunque sea a unos tantos a la vez, su pasión es ardiente mientras acierta conscientemente!

–Yo sé bien en Quién he creído y estoy seguro de que tiene poder para guardar hasta aquel día lo que le he confiado-.

Concluye la omnipresencia de su Creador y dice: – ¡Jesús ten compasión de ellos! Mientras su acompañante delicadamente inicia cantando.

Tu fidelidad es grande, Tu fidelidad incomparable es, nadie como Tu Bendito Oh Dios, grande es Tu fidelidad.

‒Ahora eran ya los dos armonizando y coreando a una suave voz y todos los presentes despertaban dando oídos atentos a una dócil y dulce canción.

Tu fidelidad es grande, Tu fidelidad incomparable es, nadie como Tu Bendito Oh Dios, grande es Tu fidelidad.

El cosmos se agita y un terremoto repentinamente se produjo y las celdas abrieron paso y las cadenas caían. El soldado conciliando sueño mientras aguarda, pero en un abrir y cerrar de ojos se da cuenta que algo ocurre y como pudo se levanta con habilidad. Ve que todo está hecho una ruina, toma su espada listo para asesinarse pensando que todos habían escapado y la culpa le sobrevendría a él. Nuestro Héroe le dice: ¡NO! ‒No lo hagas ¡todos estamos aquí!‒ precipitadamente el soldado encendió las antiguas luces, ve que todos están inmóviles en los calabozos, a penas el militar logra pasar entre los pedregales recién fundado por lo sobrevenido y entre las inclinadas paredes inspecciona la presencia de todos.

Confuso, sin palabras, sólo respira un poco, en tanto algo le dice su razón y no está seguro de qué Es, piensa por un momento y casi le despeña una lágrima mientras evita llorar, apenas podía distinguir en ese instante el frío del calor y no pudo más y que echarse temblando a los pies de nuestros protagonistas.

Horas más tarde transitando por el camino a casa, sólo podía el soldado preguntar qué fue lo que pasó y los Apóstoles sonriendo mientras se avecinan al hogar del militar. Toman un té y con gran satisfacción, el general congregó a sus familiares a una pequeña rueda entre tanto escuchaban a Pablo y Silas hablarles del amor de Jesús. Y «todos los reunidos hacían votos de fe y eran bautizados».

Las ciudades probaban el paso de mis amigos, entre tanto debatían las Escrituras en cada esquina suspirando al Espíritu la revelación de cada verso, de cada oración y de cada palabra. Se encontraban cada día en las esquinas discutiendo La Palabra con multitudes mientras Pablo vociferaba: «Permitan que Dios los transforme en una nueva persona cambiándoles la manera de pensar. Así aprenderán lo que Dios quiere para ustedes».

Muchos pueblos, sinnúmero de viajes, multitud incontable, muchos ortodoxos, eruditos, mosaicos, maestros, doctos, sabios, instruidos y vagos atendían a Pablo mientras los instruía y les suministraba Un Mensaje en la comunidad Filipense.

 

TESALÓNICA: donde los buques eran ovacionados en su llegada.

Finalizando la estadía en Filipos, tan pronto Silas corría por los yacimientos de oro de las laderas del monte Pangeo de Anfípolis, mientras Pablo le describía que fue una de las más ricas ciudades de la antigua Grecia con abundantes recursos madereros que los atenienses utilizaban para construir barcos. Pisaban las colinas mientras debatían en privado en su caminata, avistaban el monumento más importante próximo a esta antigua urbe que era un león de mármol construido probablemente en honor a uno de los tenientes  del rey macedonio Alejandro Magno mientras pasaban por las orillas del río Struma. Dejando la villa, pasaban por las colinas de la ciudad de Apolonia, una ciudad regulada por buenas leyes que el mismo Aristóteles elogiaba por lo importante en ejemplo de sistema oligárquico.

La habilidad de los apolonios se reflejaba en las obras de arte, cuyas pirámides eran alabadas por los estudiantes de la reputada universidad filosófica de Apolonia. En tanto Pablo ilustraba a Silas el vistoso Odeón fundada en una de las colinas de la antigua ciudad conglomerado de tribus ilirios.

Llegaron a la metrópoli Salónica que en lengua griega nombraban Tessaloníki. Como era su costumbre, Pablo entró en la sinagoga y tres sábados seguidos discutió con ellos, los cuestionó. Basándose en las Escrituras, les explicaba y demostraba que era necesario que el Mesías padeciera y resucitara. Les decía: «Este Jesús que les anuncio es el Mesías.»

Les persuadía contándoles sus 30 segundos de cielos abiertos para ver la delicia de Dios y marcando en ellos la posibilidad de traer el cielo a la tierra, algunos judíos jerarcas y dotados en la ley lo amenazaban de hereje con sus miradas mientras en sus mentes planeaban perseguirlo pues lo acusaban de estar turbando a todas las ciudades de Israel, de estar predicando que Jesús es un Rey y hablando cosas que para los judíos no armonizaban con la Ley, pero Pablo no se conformaba a ellos, se conformaba al Evangelio de Jesús mientras en su intelecto discernía «la religión organizada es un timón y una muleta para mentes débiles que necesitan sentir fuerza por formar parte de un gran grupo». Mientras enseñaba citaba artistas y poetas tesalonicenses para persuadir a los hombres, (típico ejercicio intelectual de Pablo). Algunos conocedores de culturas le hacían preguntas difíciles pero con razonamientos los convencía y los introducía a Un Camino, lo reconocían como un gran cristiano, pues todos se lo acreditaban con su simple simpatía de parecerse a su Salvador, a su Rey.

Mientras algunos judíos lo cuestionaban y planeaban procesarlo públicamente y avergonzarlo, algunos otros se convencían y se unían a Pablo y a Silas, como también lo hicieron un buen número de mujeres prominentes y muchos griegos profundos y juntos adoraban a Dios.

 

BEREA: aquel pueblo ávido, hambriento de conocimiento.

Pasaban los días y llegaron a Berea, además de otras cosas, lo que sobre Pablo se agolpaba cada día, era la preocupación por todas las iglesias. Les enseñaba cómo vivir y crecer en el conocimiento de Cristo, mientras en la sinagoga seguía instruyendo y enseñando a éstos que eran de sentimientos más nobles que los de las otras ciudades, de modo que recibían el mensaje con toda avidez y todos los días revisaban y examinaban las Escrituras para ver si era verdad lo que se les anunciaba.

Pasaban los días cómodos efectuando la misión y la última noche se reavivó apesadumbrada y triste para Pablo, en esa despedida era como si él no quisiese ir, no deseara dejar a sus amigos, a su nueva gente, mientras Timoteo le susurra, «amigo tienes que ir» «el peligro está próximo y tememos perderte». Impaciente el hombre y nervioso, antes de dejarlos solos para siempre; enuncia las últimas palabras con voz quebrada: «Reflexionen en todo lo que les digo y El Señor les dará una mayor comprensión de todo».

Sus dos íntimos amigos Silas y Timoteo permanecieron unos días más para compartirles a unos últimos el mensaje redentor, mientras Pablo y sus acompañantes fueron por la costa agasajando hasta llegar al antiguo lugar más famoso del mundo. El mundo de los diligentes, donde los hombres de estudio celebran el intelecto y Atenas.

 

ATENAS: el foco de la ciencia, el mundo de la intuición.

Pulverizado y emocionado, consigue recostarse sobre un bloque de mármol en las afueras de una vieja tienda donde por ventura una vez dibujó en letras un poema, Seducido por el arte y la cultura de los atenienses, recorre pronto las orillas, observado las obras grandiosas de los griegos. Le sedujo la atención las decoradas murallas animadas y representadas con las frases célebres de los hombres más sabios de aquella vieja ciudad. Mientras presta atención y transita, ve a un joven cubrir de colores una frase famosa de Sócrates amigo de algunos griegos: «Los hombres buenos y bellos se conquistan con gentilezas». No pasa desapercibido a un artista dibujando el atardecer al estilo de Lisipo. Se asombra de lo cotidiano. Camina unos segundos más y observa con gracia la elegancia de las construcciones fijando su vista en una publicación pequeña donde un joven quizá bis discípulo de un alumno de Platón pinta: «Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro».

Admirado Pablo mientras el encanto de la belleza ateniense lo invita a conocer más sobre la cultura y sabiduría griega, en sus adentros recuerda algunas lecciones de Hillel y no más tarde se roza con un muro ya casi cayéndose por lo antiguo, lleno de cánones de los hombres de conocimientos.

«En Dios no está nada por ser ni está nada siendo, sino que todo ES en este instante plenamente con plenitud de realidad. –Dios Es la causa primaria de todas las cosas» dibuja una señorita admiradora de Aristóteles. Maravillado al ver las franjas repleto de razón de los grandes poetas y recordando las enseñanzas de Gamaliel sobre los hombres de buena sepa.

 

Descubriendo más y más las tradiciones y culturas por la gran plazuela ateniense, en tanto ve paseando a sinnúmero de personas vestidas con túnicas pintorescas. Algunos llevaban espadas, otros llevaban jarras en la cabeza, y algunos otros llevaban muchos rollos de papiro bajo los brazos, y por la esquina un aprendiz de retórica intenta articular una estrofa sobre el atardecer.

Mientras esperaba a sus compañeros en la capital de los griegos, la pintura y el arte pronto lo centró en la Acrópolis. «El castillo de la ciudad» o “la ciudad sobre la colina”. Y fue directamente a la plaza de la capital de la filosofía.

«Al ver la gran ciudad se le rompió el alma», “escandalizado” no podía creer y ver la ciudad llena de imágenes paganas. Pero no sólo interpreta la idolatría, sino la resuelve. Como una persona en aprietos pide permiso entre la multitud. Ingresó por la entrada principal y visitó la sinagoga judía y promovió una conversación con los judíos y griegos que adoraban a Dios.

Minutos más tarde algunos filósofos estoicos y epicúreos representaban sus doctrinas y disciplinas filosóficas y a sus maestros en medio de la conversación en la sinagoga, pronto éstos le llevaron al monte del Areópago consiguiendo hablar con él y le dijeron: ¿Podemos saber qué doctrina nueva enseñas? Te oímos hablar de cosas extrañas y nos gustaría saber de qué se trata». Pues traes a nuestros oídos ocurrencias nuevas “decían esto porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo”.

Algunos comentaban, ¡Es predicador de nuevos dioses! Señalaban esto de Pablo porque les anunciaba las buenas nuevas de Jesús.

En lugar de destruir altares, Pablo resolvió convertirse en un constructor de puentes. Él era consiente que la cultura griega resultaba también guerrera, sabía que destruir ídolos y derrumbar argumentos sólo traería confrontación y una polémica sin propósito. Sabía que la razón por la que Dios lo había puesto en esa cultura pagana era para atraer a las personas a Jesús y no para destruirlas en «el nombre de Jesús»

Entonces, irguiéndose sobre la misma cultura de mil dioses, empezó a hablar acerca del único Dios. En su camino a la corte pagana, Pablo podía escuchar el ruido de las discusiones interminables. Todos hablaban y debatían. Cada uno levantaba la voz por encima de los demás. El bullicio era fuerte y se acrecentaba conforme Pablo se acercaba al epicentro. Cuando lo pusieron en medio de las personas más influyentes e instruidas en la cultura, Pablo logró que hicieran silencio.

De pie en el monte del Areópago, bajo los grandiosos templos de la Acrópolis, pronunció el siguiente discurso:

‒ Ciudadanos atenienses, mientras paseaba por su ciudad me he maravillado, recuerdo algunos de los pensamientos que vi debajo de sus murallas, es un encanto, me fascinaría vivir aquí, la cultura me encanta, las pinturas y el arte son una fenómeno, pero voy de paso, ¿saben? Atenas es una de las capitales más pretendidas por el mundo entero y uno de mis favoritos. ¡Me encanta Grecia!

‒ Al estar al cabo de la calle. Algunas cosas son las que no comprendo, me gustaría que habláramos de esto y me explicaran algunos de estos sucesos.

‒ ¿Por qué el de muchos altares a sus ancestros?, mientras caminaba por la cuidad, vi que ustedes adoran a muchos dioses de distintos géneros.

‒ Amigos atenienses observo que ustedes son sumamente religiosos en todo lo que hacen. Al pasar y fijarme en sus lugares sagrados, encontré incluso un altar con esta inscripción: A UN DIOS DESCONOCIDO.

Un discípulo de Epicuro ya tedioso de escuchar hablar de los dioses levanta la mano y dice: Si me perites dialogar te expondré algo, – ¿dioses? Tal vez los haya. Ni lo afirmo ni lo niego, porque no lo sé ni tengo medios para saberlo. Pero sé, porque esto me lo enseña diariamente la vida. Que sí existen, pero por lo menos deberían ocuparse y  preocuparse de nosotros, pero no lo hacen. Dudo que existan.

–Tanto que es innegable lo que impones compañero, tramite Pablo

Pues bien, Eso que ustedes adoran como Algo Desconocido Es lo que yo les anuncio­­.

‒«El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él, es Señor del cielo y de la tierra»

«Los placeres del Espíritu son superiores a los del cuerpo y a los del intelecto  y ambos deben satisfacerse con inteligencia» prosigue el Apóstol.

‒La religiosidad no os enseñará una salida, es una monotonía enlazada con caos, la religión mal entendida es una fiebre que puede terminar en delirio insiste Pablo‒

‒Dios Es un misterio ¿Quién lo conocerá?

«El mayor de todos los misterios es el hombre» compite Aristipo, un prosélito de Aristipo el viejo, discípulo de Sócrates­‒

‒Lo que sea que Es, es en Dios; y sin Dios nada puede ser o concebirse. Subsiste con firmeza Pablo.

‒No hay ningún Dios fuera de la naturaleza o del mundo; es el mismo mundo en su totalidad el que es divino, conviene un Estoico discípulo de Zenón de Citio‒

‒Un filósofo escolar de Epicuro ya veterano, entre ellos emite: La filosofía es la única actividad  que con discursos y razonamientos procura la vida feliz.

­Pablo suavemente alza su túnica a un lado y cita a Pitágoras, popular entre los  concurrente y dice ‒Preciso es encontrar lo infinitamente grande en lo infinitamente pequeño, para concebir la presencia de Dios… y «aunque sea a tientas, lo encuentren».

‒No encuentro a dónde ir, no encuentro una salida, mi vida agoniza, no encuentro ni una voz que hable a mi vida, no encuentro unas manos que sanen mis heridas, no sé si es verdad lo que departes ­‒señala un ateniense de medio siglo de vida turbado por dónde pasará la eternidad‒.

‒Nuevamente Pablo agrada y dicta: ­El Dios de quien vengo a hablarles »Es El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él, Es Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos construidos por hombres, ni se deja servir por manos humanas, como si necesitara de algo. Por el contrario, Él es quien da a todos la vida, el aliento y todas las cosas. De un solo hombre hizo todas las naciones para que habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y las fronteras de sus territorios. «Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen y, aunque sea a tientas, lo encuentren. En verdad, Él no está lejos de ninguno de nosotros», “puesto que en Él vivimos, nos movemos y existimos”. Como algunos de sus propios poetas griegos han dicho: “De Él somos descendientes.”

‒ ¿Cómo puedes evidenciar ante nosotros la existencia de tu Dios? ­apunta el más respetado entre los concurrentes; Dionisio, el juez del Areópago‒

­‒No entiendo que sea preciso demostrar la existencia de Dios defiende Pablo.

La existencia de algo es necesariamente la existencia de Dios expresa mientras atrae a más multitud.

‒Con gran diligencia y curiosidad; algunos filósofos estoicos y epicúreos y algunos extranjeros y griegos  eran atraídos por la enseñanza de nuestro competente.

Nuevamente Pablo avisa: no hace falta que pruebe la existencia de Dios, porque la existencia de Dios Es tan cierta como que algo existe­‒.­

«Si Dios no existiera nadie podría pensar el Él» convence, mientras atrae.

­‒Si estamos ciertos de que algo existe, estamos ciertos de que Dios existe explica con denuedo, mientras todos los que estaban a la mesa intuían y observaban a nuestro Apóstol con más cuidado.

‒ ¿Y qué de nuestros dioses? Reclamaron unos estoico­s y varios místicos…

‒Piensen por un momento apunta Pablo‒:

‒El herrero toma una herramienta, y con ella trabaja sobre las brasas; con martillo modela un ídolo, con la fuerza de su brazo lo forja.

‒El carpintero mide con una cinta, hace un diseño con un estilete, lo trabaja con el cincel y lo traza con el compás. Le da forma humana; le imprime la belleza de un ser humano, para que habite en un santuario. Derriba los cedros, y escoge un ciprés o un roble, y lo deja crecer entre los árboles del bosque; o planta un pino, que la lluvia hace crecer.

‒Al hombre le sirve de combustible, y toma una parte para calentarse; enciende un fuego y hornea pan. Pero también labra un dios y lo adora; hace un ídolo y se postra ante él.

­‒La mitad de la madera la quema en el fuego, sobre esa mitad prepara su comida; asa la carne y se sacia. También se calienta y dice: « ¡Ah! Ya voy entrando en calor, mientras contemplo las llamas.»

‒Con el resto hace un dios, su ídolo; se postra ante él y lo adora. Y suplicante le dice: «Sálvame, pues tú eres mi dios.»

‒ ¡No saben nada, no entienden nada; sus ojos están vedados, y no ven; su mente está cerrada, y no entienden! Les falta conocimiento y entendimiento; no se ponen a pensar ni a decir: «Usé la mitad para combustible; incluso horneé pan sobre las brasas, asé carne y la comí. ¿Y haré algo abominable con lo que queda?

¿Me postraré ante un pedazo de madera?»

Se alimentan de cenizas, se dejan engañar por su iluso corazón, no pueden salvarse a sí mismos, ni decir: « ¡Lo que tengo en mi diestra es una mentira!»

­

‒Muchos permanecieron pensando en el discurso de Pablo y unos que otros  buscaban métodos y fundamentos para decirle que sus dioses eran verdaderos. Mientras algunos poco más o menos se convencían de las palabras de nuestro Héroe.

‒uno levanta la voz y dice: en ellos he invertido mi riqueza, mis dioses son tan reales, son mi oro refinado, a ellos imploro todo el tiempo y me suplen.

­‒un ateniense grita: mi dios es mi arte, a él consagro todas mis fuerzas, santifico mi vida tallándola y  proporcionándole el matiz puntual para que todos le teman.

‒un epicúreo apunta: el nuestro es arte de imaginación, el dios de los epicúreos está en el jardín y si deseas ve a verlo, es intensamente existente.

‒un filósofo formula: aquello que nos permite alcanzar el conocimiento y la ciencia, nos acerca a los dioses y nos diferencia del resto de seres, nuestro ingenio y nuestra destreza y nuestra alma como principio de racionalidad es nuestro dios.

­‒Nuevamente Pablo puntea: ¡amigos, recuerden que algunos de sus propios poetas griegos han dicho: De Él somos descendientes!

Por tanto siendo descendientes De Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea como el oro, la plata o la piedra: escultura hecha como resultado del ingenio y de la destreza del ser humano.

‒El Apóstol distingue: me gustaría detenerme en la afirmación de que todos, hombres y mujeres, hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, y por lo tanto, con idéntica dignidad humana.

‒ahora eran muchos los que eran conquistados por la sabiduría de Pablo. Unos convenían con las palabras y defendían ahora a Pablo y otros disputaban entre sí con cuestiones.

‒el juez más acreditado del areópago, ‒confuso, quiere una última explicación de la existencia del Dios que predicaba Pablo, pues demostraba convicción de la ilustración del nuevo maestro, mientras pregunta.

‒ ¿Si Dios existe, Dónde está, cómo Es, Qué dice, Qué piensa, Se mueve, cómo Es?, etc., etc.

‒«Es contingente, lo mismo podría existir y no existir, no hay razón para que exista más que para que no exista.

Pablo explica: ¿Por qué Es Contingente?

‒porque el movimiento es ser y no ser sucesivamente, por tanto si Dios estuviese en movimiento, Dios requeriría explicación, mas como Dios Es precisamente la existencia necesaria, absoluta, no requiere explicación.

‒Dios no es materia, porque la materia está por ser y Dios no está por ser ni está siendo, sino que Es.

‒Dionisio el juez entiende y hace una pregunta más, ¿Cuál es la actividad de Dios?

­‒La actividad de Dios  no puede consistir en otra cosa  que en pensar y no puede consistir más que en pensar y en contemplar a los mortales, distinguiendo a ver si alguien inteligente que lo busque.

­‒no podría ser más que sentir y pretendernos a nosotros con genuina pasión.

‒En Dios no hay imperfecciones, no le falta nada. Nos creó y nos ansía activamente.

‒Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen y, «aunque sea a tientas», lo encuentren. En verdad, Él no está lejos de ninguno de nosotros, puesto que en Él vivimos, nos movemos y existimos.

‒Dionisio razona esto y silencia.

‒Pablo prosiguió: el politeísmo es substituir el Reino de Dios, es no querer vivir una eternidad con Él, y les señalaba: amigos, Dios está dispuesto a absolver vuestros pecados. Jesús el Salvador, dio su vida por todo el mundo a fin de que nadie perezca, Él no quiere que mueran sin conocerle.

¿Saben? La peor catástrofe de los seres humanos es que no pueden salvarse por sí solos, necesitan un Salvador y Es de quien les hablo. Jesucristo.

Pues bien, Dios pasó por alto aquellos tiempos de tal ignorancia, pero ahora manda a todos, en todas partes, que se arrepientan.

‒ ¡Deduzcan esto dijo Pablo! El gran amor del Señor nunca se acaba y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!

‒ ¡Amigos! Les indica con voz quebrada viendo la apatía de varios: busquen a Dios mientras se deja encontrar, llámenlo mientras está próximo, vuélvanse a Dios que es generoso para perdonar y de Él recibir misericordia.

‒Los pensamientos de Él no son como los nuestros ni sus caminos nuestros caminos, Sus caminos y sus pensamientos son más altos que los nuestros, ¡más altos que los cielos sobre la tierra!

‒Vosotros mismos sabéis que no alcanzamos a comprender todo sobre Dios, pero algo si sé: todo el que quiere ser sabio que comience por obedecer a Dios; conocer al Dios Santo es dar muestras de inteligencia.

Previamente a dejarlos “solos” indica unas palabras con espíritu sosegado. «Salgan de sus sillas, rueguen a Dios por sus vidas, no hay consuelo alrededor, no hay luz, no hay fe. La vida duele sin Él. Despierten antes de morir, el espíritu y alma llora por salir de la confusión, despierten para ver que ustedes no nacieron para perder. Ustedes no nacieron para perder. No desprecien la ilusión que puso en ustedes El Creador»

‒Él ha fijado un día para juzgar al mundo con Justicia, por medio del Hombre que ha designado. De ello ha dado pruebas a todos al levantarlo entre los muertos.

Discursaba en medio de todos y persuadía a muchos mientras un montón que no creían en la resurrección, cuando oyeron lo que Pablo decía se burlaron de él.

‒Con osadía Pablo dijo: El hombre está dispuesto siempre a negar todo aquello que no comprende.

­‒Unos sofistas y filósofos que no convenían con Pablo apuntaron: ‒Rabino, quizá sí y quizá no estés equivocado, quién sabe si tú Dios consigue hallarse. Quizá exista o quizá no. Con intrepidez él extendió hasta las entrañas de sus pensamientos unas palabras que cambiaría la conciencia y creencia de numerosos concurrentes: «Prefiero equivocarme creyendo en un Dios que no existe, que equivocarme no creyendo en un Dios que existe. Porque si después no hay nada, evidentemente nunca lo sabré, cuando me hunda en la nada eterna; pero si hay algo, si hay Alguien, tendré que dar cuenta de mi actitud de rechazo».

Muchos subsistieron asombrados por este término sagaz del Apóstol y filósofo, pues percibían que no eran especulaciones ni pensamientos casuales sino doctrinas reales y prácticas.

‒Pero sinnúmero de oyentes le dijeron:

Queremos que nos hables en otra ocasión sobre este tema, mientras se aislaron.

En ese instante salió de la reunión lleno de entusiasmo, con fuerza vibrante y algunas personas se unieron a Pablo y creyeron. 

Dionisio el juez, miembro del areópago levemente importuna a Pablo, persuadido, casi con lágrimas  dice: Evidentemente sólo hay Un Dios, me convenciste, quiero quedarme contigo y me expliques cómo conocerlo más. También una mujer llamada Damaris le dice: maestro no hallo palabras pero algo me trajo a ti y quiero conocer más a Dios y otros más le seguían comentando que no saben qué fue lo que los sedujo pero querían conocer al Salvador.

 

Días después Pablo les enseñaba con diligencia a sus nuevos discípulos la vida con Jesús, mientras el Espíritu Santo se descubría en cada vida. Pablo siempre conjeturaba: esta nueva vida no es religión sino una relación con Jesús. Llámenlo cuando deseen y Él os responderá. Conozcan a Dios como Padre, aproxímense a Él. En tanto convivían en el conocimiento de Dios todos los días y juntos predicaban a los que estaban distanciados de la salvación.

Años después Dionisio el Areopagita por influencia de Pablo fue tenido durante mucho tiempo como discípulo y de un compañero de éste llamado Hierotheo que nadie ha conocido, Pablo lo consagró Obispo de Atenas y refiere la vida de Dionisio un buen misionero. Después de regir la iglesia de Atenas bastante tiempo hizo un viaje a Éfeso a conferenciar con Juan el Evangelista y luego viajó a Francia a ejercer su apostolado y fue allí donde edificó una ciudadela para combatir con el infierno.

‒Dionisio influenció la vida de multitudes, su Teología intervino y tuvo una amplia influencia en la escolástica europea de la Edad Media. Y una de sus frases célebres es ésta: «Que la causa Suprema de todo lo inteligible no es Algo inteligible».

­‒Damaris nuestra noble protagonista, que por lo que parece era de gran protagonismo en la ciudad, no se dejó confundir por los que se burlaban de Pablo. Al contrario. Desde el mismo instante en que abrió su corazón a las palabras del apóstol supo que "no eran teoría ni ideología barata sino convicciones reales y prácticas". Y mostró con gran valentía que a partir de entonces su compromiso, su respuesta valiente, con una fe sin condiciones para mostrar la verdad, para trasformar su pequeña historia, no iba a resultarle fácil.

 

«Cuando traes a alguien a los pies de Cristo estás tocando a cientos y miles de personas con el Evangelio. Tú no sabes a quién le compartes el Evangelio. No sabes a cuántos esa persona les va a compartir lo que recibió de ti. No sabes cuántas generaciones estás afectando, de igual manera, no sabes cuántos se van a perder si no lo haces».

SOLUM EVANGELIUM

Un mundo pensante, que anhela y respira rescate...

 

 

Sus amigos y familiares desfilaban silenciosos ante el ataúd abierto para contemplar el cadáver del joven de 17 años. Sus compañeros de escuela casi no lo reconocen. Todos vestían mudadas negras, las flores abundaban, los recuerdos sobraban, muchos eran desconsolados. Bajo el brillante sol de media mañana el primo mayor inicia la ceremonia del sepelio. -Estamos aquí para recordar la vida de Randy Roy decía-, mientras la acongojada madre del joven trata de hallar esperanza y consuelo en la idea de que, de algún modo su hijo siguiera viviendo, los hermanos sin esperanza, sus amigos lejanos lo lloran y su amigo íntimo Jaik se lamenta y gime con los dientes su doblez, el dirigente continuaba con su discurso y apuntaba, sabíamos que tenía una vida por delante, mientras su amigo íntimo ve por última vez el rostro en fotografía puesto sobre el ataúd, por tanto sabía que por indiferente su amigo Randy se había suicidado. El conductor continuaba con voz quebrada dando gracias a Dios por los años que vivió Roy, la escena de infantes estaba revelándose en el interior de Jaik cuando recordaba el paseo en bicicleta por el parque mientras comentaban que un día serían ricos, recordaba con más agudeza cuando Randy le salvó la vida en medio del carril costándole la pierna derecha, pues ejercía el adagio de verdaderos amigos, de dar la vida por el otro, el moderador continuaba casi llorado reclamándole a Dios que, ¿por qué seguimos eligiendo confiar en Él a pesar de los sucesos como la muerte?, todos meditaban en esto y oraban en Nombre del Señor Jesucristo finalizando con un Amén.

Jaik hacía memoria de sus vivencias pero demasiado tarde era para retroceder el tiempo, en el momento del accidente recordaba que enlazaban aún más la amistad de infantes y adolescentes con Randy, recordaba que con el tiempo éste primero ganó popularidad en los juegos del colegio, en los escenarios y fue por eso que olvidó a Randy su mejor amigo, lo descuidó y ya no volvió a  él,  incluso haciéndolo a un lado por incómodo que se sentía de ser amigo de un lisiado, fue indiferente al olvidarse del favor inmerecido. En una cena, Jaik fue invitado por una admiradora, mientras Ray le preguntaba si podía acompañarlos, pero la pareja de Jaik dijo no y desconsoladamente sin más gotas de interrupción fue con lágrimas en los ojos viendo la apatía de su principal amigo, la cinta de la película Salvando una vida se extiende mientras Jaik «sólo», tratando solventar su vida ahora sin su mejor amigo mientras escuchaba a un presentador de  radio que refería: «Hola amigos, gracias por escucharme, este es el primer día de nuestra serie de preguntas sobre la vida. Hoy día mucha gente se pregunta ¿por qué suceden tantas cosas malas? pero la pregunta clave es: ¿por qué nadie hace nada al respecto?, yo mismo me hago esa pregunta y quisiera que ustedes hicieran lo mismo»…

 

Nos hemos olvidado de un mundo, somos como Jaik, que olvidó a su amigo inseparable. Nos hemos olvidado de un mundo joven, un mundo que piensa, que aspira compañía, hemos abandonado a nuestros semejantes, necesitamos volver a modelar la vida de Aquel que dio todo por nosotros.

Hemos perdido el modelo de Aquél que nos salvó, con el tiempo nos hemos amoldado a otras costumbres, tradiciones y hemos creado sub culturas cristianas, «modas cristianas», no hemos tomado el modelo del Salvador, de sentarse y pasar tiempo con aquel que la sociedad desatiende, que los «hermanos» hacen a un lado, olvidamos que así como tú y yo, ese ser degenerado, para Jesús tiene un valor incomparable, tiene huellas de él, lo aceptaba por muy degenerado que parezca, pero también ve un valor igual, ser humano. Aun cuando nosotros hacemos de menos a los que “no son como nosotros”, Jesús en sus ojos lo contempla.

En nuestra sociedad hay una revolución que avanza, que cabalmente son los que desatendemos, son a los que le somos piedras de tropiezo, todo porque no los comprendemos, una revolución que piensa y aspira nuevas cosas. Son aquellos que no se quieren conformar a nosotros porque desean revelar la creatividad del Creador pero de distintas formas y esa es la juventud de hoy. Aun cuando no actúan como nosotros son seres especiales, son seres que quieren revelar nuevas cosas que quizá no comprendemos.

Necesitamos una nueva oración en nuestro corazón como ésta: Señor, realmente queremos cambiar las cosas, muéstranos cómo vez a la juventud. Necesitamos suministrar una enseñanza nueva, no como las del pasado de las escuelas dominicales, precisamos dar una enseñanza sólida asentada en el modelo de Jesús para no educar a los que nos siguen con una enseñanza basada en «nuestro concepto» de quien es Dios.

Uno de los escritores más reputados Philip Yancey trazó. «Me crié oyendo las historias del Antiguo Testamento. Las que me ayudaron a formar mi temprana imagen de Dios. Sin embargo, lo sobresaliente cuando las leo ahora es el contraste entre su modelo de castigo instantáneo y el estilo de Jesús. Este se negó a hacer caer fuego del cielo en un pueblo que lo rechazó. Sanó, en vez de afligir, a personas con lepra. Cuando sus oponentes levantaron armas contra él, Jesús no peleó y hasta restauró la oreja de un siervo que un discípulo sobreprotector había herido. Sólo puedo concluir que Dios cambió de manera misericordiosa su estilo de relacionarse con los seres humanos cascarrabias. Aunque merecemos castigo inmediato por nuestra rebelión, Dios ha preferido una manera más suave que da realce a la libertad.

Una vez mientras festejaba con pecadores conocidos, Jesús detuvo las críticas de algunos religiosos escandalizados por las personas con quienes cenaban. En respuesta les dijo: «No son los sanos los que necesitan médico sino los enfermos. Y yo no he venido a llamar a justos sino a pecadores [al arrepentimiento]». Yo había escuchada las feroces historias del Antiguo Testamento  como advertencias activas: si desobedecía, Dios me derribaría con lepra. De algún modo me perdí el gran cambio que introdujo el Gran Médico, un cambio de condenación a gracia.

La famosa parábola de Jesús del hijo pródigo pinta con claridad el panorama. Según todas las normas del buen comportamiento, el hijo pródigo falló, pues dilapidó su herencia con amigotes y prostitutas. Merecía castigo, no festejo. Pero el padre, que representa a Dios, sólo tenía en mente curación y restauración: «Este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado». El método de Dios en cuanto al mal es curación, no prevención».

Cuánta gente nos necesita como familia, cuántos jóvenes nos necesita como amigos, que entreguen su vida por ellos, aun cuando no lo merezcan, a eso fuimos llamados, a ser ejemplos de gracia. Para que crean en Jesús; primero tendremos qué ser sus manos aquí en la tierra, sus pies que anden en búsqueda de sanar al olvidado.

 

La causa de Cristo sólo puede ser presentada por aquellos que conocen a Cristo, pero deben llegar a los que no lo conocen. ¡Abramos las puertas de la iglesia! y dejemos suelto a los que tienen la capacidad de cautivar la imaginación de una cultura sedienta de una realidad espiritual con Dios.

Como Pablo ¿quién irá de nosotros a un centro idólatra a refutar y persuadir a los que está aislados de la Salvación? ¿Quién citará a un poeta secular para hacer relevante el mensaje de Dios? ¿Quién irá y discute con un político sobre su responsabilidad como líder por el pueblo? ¿Quién como Jesús que pasaba tiempo más afuera de las sinagogas y pasaba tiempo con los que se habían perdido? ¿Quién de nosotros se acercará a los olvidados, aun cuando nos fumen en la cara? De eso se trata cuando se nos dijo que seamos luz en la oscuridad.

Los escenarios no cristianos, las bandas y los equipos de futbol en las ligas de nuestras ciudades, las fiestas no cristianas, necesitan ser influenciados  por éstos miembros y jóvenes talentosos que guardamos en la iglesia. Si la iglesia tiene miedo que «se pierdan» es porque la iglesia misma no les hemos enseñado la solidez espiritual que necesitan para enfrentar este mundo, pero es un problema de la iglesia, no de los jóvenes.

¿Cómo nos registrará la historia, qué dirán las generaciones de nosotros?

Nos creemos jerarcas, hemos creado «la iglesia organizada», establecemos doctrinas mezcladas con nuestros gustos, como si fuesen lo más principal para un acto de salvación, no hay nada malo en esto, el problema reside en que priorizamos ciertas enseñanza cuando en verdad son de segunda mano.

El mundo nos necesita, el mundo que amó Dios hasta el punto  de mandar a su propio Hijo a morir por él. Nos necesita, pero tenemos que estudiarlo y no desecharlo, tenemos que redimirlo y no acabar con ellos con fuego. Es preciso asemejarnos a esta cultura y hacer una transcultura no una contracultura. Como Pablo que se hacía débil con el débil y griego con el griego a fin de ganarlos.

Y me pregunto ahora: ¿no fue esto lo que hizo Jesús al hacerse hombre y venir  a la tierra? Él, siendo una supracultura, siendo divino, alguien por encima de toda cultura humana y no humana, en su designio supremo, afectó a la humanidad sin destruirla, la atravesó con su mensaje si desposeerla, permitiendo que las individualidades propias de la raza persistieron y las debilidades de ella fueran redimidas.

Al encarnarse para traernos la redención a nuestra raza caída, Jesús hizo un esfuerzo transcultural.

Necesitamos parecernos a los de esta cultura, a los del siglo veintiuno a fin de redimirlos y llevarlos a los pies del Rey.

No hay otra manera, como no hubo otra forma de que nuestro Señor, que habitaba en los cielos vestido de gloria y magnificencia, con una mente superior e infinita y todos sus atributos divinos, pudiera comunicarnos a los hombres el mensaje de la cruz. Tuvo qué habitar entre los humanos, hacer lo que ellos hacían, pensar como ellos, sentir como ellos (sin concebir pecado) y finalmente morir como los peores y los más bajos de ellos lo hacían, en una cruz. Eso es el ejemplo de la más perfecta transculturación: Dios mismo hecho hombre y alcanzando a la humanidad.

«Recordemos, Santidad significa apartado para Dios, no apartado del mundo»

Hay una cultura sedienta de Dios, un pueblo joven. El punto es que hoy la población de nuestro mundo, nuestro continente, nuestro país, crecen a un ritmo más acelerado que la iglesia. O sea, más personas nacen cada día en el mundo que la cantidad de personas nuevas que cada domingo se agregan a la iglesia.

Las estadísticas muestran que a esta generación joven, sólo los que entienden su cultura, sus tradiciones etc., etc., pueden hablarles. Con toda convicción también afirmo que los adultos son capaces y creemos que son mejores en hablarles a los de ésta generación. El inconveniente es que los que conviven con esta generación son los de su edad mientras muchos adultos se hacen a un lado y por ese aislamiento desconocen la cultura de esta nueva especie.

 

Necesitamos un avivamiento, todos queremos iglesias grandes, pero nuestra pasión por las almas es muy escasa. Yo creo que debemos prepararnos: estudiar, prepararnos, capacitarnos como si Cristo no fuera a venir… …y estar listos como si Cristo viniera hoy.

Berea era distinguida por sus habitantes tan astutos a cuestionar las palabras de cualquier orador, seremos capaces nosotros ahora de cuestionar a todos los pastores y líderes de la iglesia y decirles que tendríamos qué examinar ¿a ver si es cierto lo que nos dicen? Por inercia mental estamos como estamos, encerrados bajo las faldas de los templos mientras Jesús llora por los que se pierde.

¿Qué haría Jesús en tu iglesia hoy, o en tu lugar? ¿Sería el mismo servicio aburrido o más divertido? ¿Serían sólo servicios de cultos o hay que tripular fuera de la iglesia a fin de alcanzar al mundo?

¿Qué haría Jesús hoy?

Es tiempo de entrar en acción. Dios nos ha dado herramientas para conquistar la vida de los jóvenes de otras subculturas  con su poder. Hay que sacarlos del closet, desempolvarlos, aceitarlas y ponerlas en funcionamiento.

El español Antonio Cruz tiene esta visión: «La postmodernidad es pues la época de los auténticos evangelizadores; es el momento de los cristianos que reconociendo esa sed contemporánea de Dios decidan convertirse en educadores del Evangelio, de su teoría y sobre todo de su praxis; es la hora de los comunicadores que saben descubrir el deseo de tantas criaturas por llegar a “ser” y no solamente por “tener”; es el tiempo de los constructores de puentes y los sembradores de esperanza. Hombres y mujeres que sepan impregnar sus respectivos ambientes con los valores evangélicos; que empapen su vida y sus campos profesionales con el misterio salvador de Jesucristo».

Marx dijo: Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversas formas el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.

¿Qué diría el ateo Karl Marx hoy de la iglesia? yo pienso: los cristianos, los líderes, los teólogos, no han hecho más que interpretar de diversas formas el mundo, la iglesia y la Biblia, pero de lo que se trata es de transformarlo, de resolverlo, de vivirlo.

Necesitamos cristianos en todas las expresiones sociales, artísticas, políticas, tecnológicas, gente de ciencia que sepa cuestionar el globo, la filosofía, las ciencias, y dar respuestas a las preguntas de un mundo pensante, que no sólo sepa interpretar el mundo, sino que lo resuelva. Que no se amolde a las reglas de juego de la mayoría, que se amolde al Evangelio de Jesús.

Jesús busca gente apasionada, que lo adoren en espíritu y en verdad, gente que crea que el Evangelio no es sólo una fe que se siente, sino una fe que se piensa, que enlacen El Gran Mandamiento con La Gran Comisión a fin de redimir el mundo. Jesús te necesita hoy, necesita gente que conozca la cultura y el arte, para introducir de múltiples métodos La Única Esperanza, EL EVANGELIO.

 

Nunca sabemos los frutos que dará la semilla que plantemos.

 

De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias. 2 Corintios 11.24-28

 

Pablo ejemplifica con su vida que lo único que importa es el evangelio. Cinco veces fue azotado, una vez fue apedreado, tres veces naufragó. Día y noche se las pasa «estresado». Constantemente está en peligro. Está en peligro en la ciudad y está en peligro en el área rural. Está en peligro en el mar y en la tierra. Está en peligro por todos lados. Acosado por gente injusta, amenazado por los políticos y por los líderes eclesiásticos. No encuentra refugio ni en los líderes denominacionales, porque no se «conforma» al evangelio histórico y tradicional, se conforma al evangelio de Cristo.

Un pensador muy reconocido y que quiero mucho dijo: »por eso es que he enseñado en los últimos años que el único camino al futuro es regresando a nuestro pasado. Nuestro futuro como iglesia no está en la estrategia, ni en la última moda de evangelismo o crecimiento. No está en las últimas actividades innovadoras, ni en las tradiciones de nuestros padres, ni en las de los padres de ellos. Nuestro futuro está en hacer importante lo que fue importante al principio: Sólo El Evangelio.

Lo único que importaba en el siglo primero era el evangelio. Hoy, lo que más importa en el siglo veintiuno es el evangelio. ¿Creemos acaso que Pablo soportó todo esta fatiga, hambre, estrés, azotes, naufragios, críticas, etc., por mantener la forma histórica de hacer las cosas? ¿O que fue por ser innovador y por ser visto como reformador? ¡No! Fue por el evangelio, sólo por el evangelio.

De eso se trataba la misión a los gentiles. Por eso Pablo era tan controversial. Si leemos la Biblia, el libro de los Hechos, nos damos cuenta de que Pablo estaba constantemente metido en problemas con la iglesia, con la religión, la iglesia organizada, con la institución tradicional. Ésta institución quería que se siguiera la tradición a cualquier costo.

Pero a Pablo lo único que le interesaba era el evangelio. Tal vez por eso dijo: «A todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve algunos». Nada es sagrado, sólo el evangelio, nada es intocable ni incambiable, solo el evangelio. Nada es importante en el siglo veintiuno, sólo el Evangelio. Solum Evangelium.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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